jueves, 30 de julio de 2009

Surfeando en el volcán.

Para algunos la política es como hacer surf en un volcán.




Yo creo que es mucho más fácil. Consiste en tener muy claras las ideas y defenderlas honestamente.

miércoles, 29 de julio de 2009

La política es un juego de niños.

La revelación política del momento se llama Jonathan Krohn, un niño de 13 años que defiende como nadie las tesis republicanas.

lunes, 27 de julio de 2009

Réquiem por el sistema que nunca existió



José María Ruiz Soroa en El País.


Forzoso es reconocer que lo que pomposamente se denomina nuevo sistema de financiación autonómica es cualquier cosa menos un sistema o modelo. Aunque probablemente nunca lo ha sido. Los hacendistas dicen que la financiación autonómica se basa en España en el reparto inicial y contingente de recursos que se efectuó al ir transfiriendo las competencias y los medios anejos a ellas. Es de esa asignación inicial de la que se ha partido en todos los subsiguientes intentos para reordenar el asunto, respetando siempre la regla básica de las burocracias de dar por consolidado lo existente ad aeternum, y pelear siempre por la mejora del trozo de tarta propio. Cuando se habla de esos índices que sustentarían el sistema (población, envejecimiento, dispersión, insularidad...), se oculta al público que tienen nombre y apellido detrás. Vamos, que cuando se necesita por razones políticas aumentar los recursos de Ruritania, lo que se hace es introducir una modulación en el índice de población basada en la densidad de zuecos por hectárea partido por el número de vacas, justamente, ¡oh casualidad!, lo que conviene a los ruritanos.

Lo que se ha hecho ahora, aunque con más oscurantismo del acostumbrado, es arrancar de un a priori político: el de que Cataluña debía recibir una financiación superior a la que tenía, colocándola por encima de la media nacional. Lo cual era en sí mismo, y si lo tomamos aisladamente, bastante razonable, pues la permutación del orden de colocación entre comunidades que se producía hasta ahora a través de la nivelación redistributiva no era equitativa: no era justo que un extremeño gozara de unos recursos públicos de financiación superiores a los de un catalán, cuando éste contribuía más a la generación de esos recursos (principio de ordinalidad). Y una vez establecido que el resultado final tenía que colocar a Cataluña en mejor situación, se han diseñado unas reglas que lo aseguren y que, al tiempo, no provoquen la rebelión abierta de otras autonomías, aunque los resultados sean ahora injustos para otros ciudadanos no catalanes, como los madrileños o valencianos, que, partiendo de una aportación similar a la catalana, reciben mucho menos. Defectuoso antes, defectuoso ahora. Con el agravante de que se institucionaliza y consolida la práctica de financiar gastos corrientes con déficit público.

Es una pérdida de tiempo analizar lo decidido desde los parámetros de la equidad o la racionalidad ideales. Se trata de una decisión política que sólo puede entenderse desde las constricciones de la propia política. Lo que hay que preguntarse son dos cosas: ¿cuál era el problema? y ¿sirve lo que se ha hecho para solucionarlo?

La necesidad de privilegiar a Cataluña (como antes a Euskadi y Navarra) obedece a razones políticas de dos clases: las coyunturales del gobierno de turno, y las de longue durée de intentar asegurar la integridad nacional. El pacto de Aznar en el hotel Majestic en 1996 es un ejemplo perfecto de las coyunturales. En el caso del Partido Socialista, la coyuntura es palmaria si llevamos a cabo un experimento mental: el de la no-Cataluña y no-Euskadi. Supriman por un momento de España esas dos comunidades y repartan los votos y escaños para el Congreso sólo en el resto de la nación en las elecciones generales de 2008. El cálculo lo ha hecho algún politólogo: el Partido Popular tendría mayoría absoluta en las cámaras.

Si vamos a las razones políticas de fondo, la cuestión se plantearía así: como Estado de inspiración federal, España tiene problemas de integración (la voluntad de mantenerse juntos) y de articulación (el diseño e implementación de la arquitectura federal). Ambos son de naturaleza diversa; además, los de integración afectan sólo a Cataluña y Euskadi, mientras que la articulación afecta a todos. Sin embargo, hemos caído desde el principio en la tentación de intentar resolver las deficiencias de integración mediante la manipulación de los esquemas de articulación.

Todos los gobiernos han aceptado la premisa implícita de que dándoles más autogobierno (en competencias, en fondos o en procesos de decisión política) a Cataluña o Euskadi, éstas se integrarían por fin en un proyecto superior compartido. La realidad, sin embargo, ha demostrado más bien lo contrario: el independentismo ha crecido en ambas sociedades y sus clases políticas. Lo cual es lógico, pues el sentimiento nacionalista percibe y asimila lo que es una concesión como el pago de una deuda (Montilla dixit) o un derecho histórico (Gernika proclama), lo que anula su efecto atractivo. Al final, sin ganancia para la integración (la añorada bundestreue) y a golpe de manipulación de la ingeniería federal, hemos dejado el Estado con un inequívoco aire chapucero.

Quienes entienden pronostican que en dos años Cataluña impugnará de nuevo el estatus de financiación alcanzado hoy. Resultará insuficiente para ella, como resulta políticamente insuficiente para el nacionalismo vasco el esquema del Concierto Económico más Cupo, y eso que produce una financiación pública por habitante superior en 60 puntos a la media nacional (mientras que Cataluña no logrará superarla ahora ni en 10 puntos). Al final, la falta de imaginación y voluntad de la clase política española para abordar los déficits de integración no se remedia con las manipulaciones del esquema de articulación. Con éstas sólo se consigue comprar tiempo y desarticular un sistema que, si bien se mira, nunca llegó a existir como tal.

Confederación


Antonio Elorza en El País:


Una de las personas más siniestras que he conocido tenía siempre una solución para cualquier expediente que la incomodaba: "¡Mételo en el fondo del cajón!". De este modo pasaba el tiempo y con frecuencia el tema perdía la posibilidad de ser resuelto. Algo así ha sucedido con los recursos planteados ante el Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña aprobado en 2006. Si ahora buena parte de su texto es declarado inconstitucional, las consecuencias serían muy graves por toda la normativa desarrollada a partir del mismo, y esa gravedad irá incrementándose con el tiempo. Por si no fuera suficiente con la irracionalidad exhibida en resoluciones tales como la despenalización del negacionismo relativo al Holocausto o la ceguera voluntaria ante la candidatura internacionalista de Alfonso Sastre, esta incapacidad al abordar una cuestión esencial para el funcionamiento de la democracia debiera ser suficiente para plantear la urgencia de su reforma en un sentido de tecnificación frente a la actual dependencia política. Una de dos: o los miembros del Alto Tribunal son incompetentes como juristas para resolver recursos en un plazo de tres años, lo cual para la mayoría de ellos no es creíble, aunque la ponente Elisa Pérez Vera no sea precisamente especialista en Derecho Constitucional, o hubo intención de atender a la conveniencia del Gobierno de modo que el simple transcurso del tiempo invalidase los recursos en lo fundamental, por una suerte de caducidad buscada que haría irreversible la situación jurídica producida por el Estatut. Peor aun.
El hecho es que la bilateralidad ha entrado en vigor, y en un tema de importancia capital, la financiación de las autonomías. Y como en tantas otras ocasiones, la insuperable ligereza del presidente Zapatero al decidir un cambio de la organización financiera del Estado según sus intereses electorales, se ha visto compensada por su también insuperable habilidad para salir a corto plazo de los atolladeros mediante el marketing político. A favor como siempre, de una oposición "popular", la cual, aun denunciando Montoro y Rajoy "el caos", no supo argumentar las razones de su rechazo y luego hubo de plegarse a la satisfacción de sus comunidades ante el maná anunciado. Resultado: Rajoy es contrario, pero impone la abstención a los suyos. Bastó al Gobierno difundir aquello de que "las comunidades del PP se oponen, pero cogen (sic) el dinero" para el repliegue hacia la nada, como si al denunciar un trabajador la insuficiencia del salario estuviese obligado a no cobrarlo. Total, al parecer sobran recursos, los 9.000 millones ofrecidos se convierten en 11.000, se añaden 3.800 millones más a Cataluña para que Esquerra apruebe el acuerdo (de paso, los Presupuestos) y todos felices. Ya decían los diplomáticos ingleses de los españoles en 1898 que éste era el país del take it easy.

La nueva financiación tiene dos aspectos positivos: la fijación de criterios para la adscripción de los recursos, con la población en primer plano, y la cláusula de cautela preservando la igualdad de las atenciones básicas. El silencio sobre los datos previstos de la distribución y los indicios derivados de la gestación del resultado no invitan al optimismo. Si iban a ser 9.000 y acaban siendo más de 11.000, si a Cataluña le tocaban 2.000 y ahora 3.855, con mordida final, ello indica que no han primado los intereses generales que corresponde defender al Estado, sino la opción de satisfacer las pretensiones de Cataluña y ensanchar luego el pastel para que el resto lo acepte. No es un proyecto multilateral, sino la extensión de la bilateralidad a costa de un Estado fiscalmente más débil y que cuando toca reducir gastos decide un fuerte endeudamiento. Las comunidades creerán ganar, pero lo pagaremos todos. La pregunta es: antes eran razonables 9.000 ¿hay alguna base objetiva no electoral para 11.000? En modo alguno es un ejercicio de corresponsabilidad, ya que en esta partida todas las comunidades han jugado, y con éxito, a maximizar los recursos propios a costa de la Banca (el Estado). Serán el Estado, pero no tienen sentido de Estado.

La ministra Salgado comenta con satisfacción haber celebrado más de 100 reuniones con las comunidades para llegar al pacto. Ningún Estado democrático funciona hoy así, por acumulación de acuerdos de zoco con sus componentes. Otra cosa es la participación multilateral propia de una federación. El lema de la Suiza federal es Unus pro omnibus, omnes pro uno. Aquí sólo tenemos el "uno para todos". Nos hemos deslizado hacia la confederación, por añadidura asimétrica.

viernes, 24 de julio de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

Ridículo patrio


Edurne Uriarte en ABC

Mencionas la patria en este país y los complejos de la izquierda
entran en ebullición. Incluso dejas de mencionar la patria y te
refieres simplemente a los intereses de España y nuestra peor
enfermedad política se manifiesta con todos sus síntomas. Lo mismo en
Gibraltar que en la decisión del juez Pedraz sobre los abucheos al
Rey.
Atentos a la respuesta de la izquierda a las críticas a Moratinos:
déjense ustedes de orgullos patrios o de ardores nacionales. Una
actitud inimaginable en cualquiera de las grandes naciones europeas,
empezando por Gran Bretaña, una democracia que hasta hizo una guerra
para conservar la soberanía sobre Malvinas. Y que explica el ridículo
del Gobierno en Gibraltar, renunciando a las reivindicaciones
españolas, y lo más insólito, a cambio de nada, como no sea el
reforzamiento de la posición británica.

Y este cambio de política respecto a Gibraltar viene de fines de 2004
y, no es casualidad, tiene el mismo origen que la negociación con ETA.
La incomodidad de Zapatero con las posiciones patrióticas que él
identifica como franquistas, sea frente a Gibraltar o frente a los
nacionalismos. Lo que hace de su generación, de la de Moratinos, pero
también de la de sus herederos ideológicos, Pajín, Madina, unos
pésimos defensores de los intereses nacionales. Se plegarán al Caruana
o al Miliband de turno, o a los nacionalistas, con tal de no situarse
en el terreno del patriotismo español. Y fracasarán nuevamente, de la
misma forma que han fracasado con treinta años de cesiones a los
nacionalismos, sean políticas o sean judiciales como la de Pedraz.
Éste es nuestro auténtico hecho diferencial respecto a Europa. No la
existencia de nacionalismos fuertes, sino la incapacidad para
responderles con firmeza. Los británicos y Peter Caruana se frotan las
manos con la misma satisfacción que los independentistas vascos y
catalanes.

miércoles, 22 de julio de 2009

La cabeza en la cabeza.

Mientras los españoles tenemos en la cabeza llegar a final de mes. ¿Qué tiene en la cabeza Zapatero?

domingo, 19 de julio de 2009

martes, 14 de julio de 2009

El mejor abanico




El mejor abanico son las hojas de un libro delante de tu cara.

Dispuesto a morir


"Hay muchas cosas por las que estaría dispuesto a morir, pero ninguna por la que pudiera matar."


JUAN MARI BANDRÉS

domingo, 12 de julio de 2009

El sueño de todo político rancio.

Los políticos rancios y aposentados pretenden hacer creer al votante que lo inamovible, lo anquilosado es en realidad un ejemplo de movimiento y vivacidad.

Pa-ta-ta

¿Quienes son las de la foto?



Seguro que habréis reconocido a la de la izquierda. Es Jone Goirizelaia, abogada de etarras e integrante de la Mesa Nacional de Batasuna. La que no es tan conocida es su amiga sonriente. Se llama Gemma Zabaleta y es la nueva consejera de Asuntos Sociales del Gobierno vasco.

sábado, 11 de julio de 2009

360 grados.


Hay gente obsesionada por cambiar de un día para otro. Gente que quiere dar un giro a su vida...Suele ser esa gente que da tanta vuelta que al final son 360 grados, una vuelta que te deja en el mismo sitio, pero mareado.

jueves, 9 de julio de 2009

miércoles, 8 de julio de 2009

martes, 7 de julio de 2009

La pregunta de 4.000.000 de españoles.


4.000.000 de parados españoles se preguntan ¿Por qué sigue siendo Celestino Corbacho ministro de Trabajo?

jueves, 2 de julio de 2009

miércoles, 1 de julio de 2009

Todos contra el sexo en L´Hospitalet


Esta columna de Ramón de España fue publicada el 30 de octubre del 2006. 2 años y medio después el mensaje sigue vigente.


Se equivocan quienes afirman que nuestros padres de la patria nunca se ponen de acuerdo en nada. En un gesto de unidad sin precedentes, todos los partidos políticos de L'Hospitalet han decidido... ¿Expedientar a las entidades bancarias por sus abusos en las comisiones? ¿Impedir que la compra de una casa sea un sueño imposible para los ciudadanos? No. CiU, PSC, PP e ICV-EUiA han decidido echar de L'Hospitalet a los peligrosos pornógrafos que mancillan cada año el municipio con su muy frecuentado Festival de Cine Erótico.
Realmente, los hay que tienen muy claras sus prioridades. Habrá, pues, que prestar atención a la pornografía como elemento de avance social: algo que consigue unir en su contra a toda esa gente absurda a la que conocemos por el eufemismo de clase política es algo a contemplar con admiración.
Debo hacer constar que no he ido nunca a L'Hospitalet para participar de las alegrías de su Festival de Cine Erótico. Hace años, cuando se celebraba en el Poblenou, acudí invitado por su director, mi amigo José María Ponce, y la verdad es que pasé un buen rato, no tanto por lo excitante del acontecimiento como por sus posibilidades cómicas, que eran muchas y variadas: silicona a punta pala, productores con chaqueta a cuadros y puro en la boca a los que no dejarían entrar ni en El Botafumeiro, rijosos de toda laya intentando retratar el trasero de la maciza de turno, freaks granujientos recogiendo en su cerebro imágenes sexuales con las que animar su próxima sesión de onanismo... Una explosión de cutrerío con un componente económico nada desdeñable, pues la industria del porno ha sabido sacarle un gran rendimiento al dicho latino semen retentum venenum est.
Triste es reconocerlo, pero la pornografía es lo único que pone de acuerdo a la derecha y a la izquierda. Los carcas la quieren erradicar porque les encanta prohibir en público lo que hacen en privado, y los progres son tan paternalistas que dedican su tiempo a intentar salvar a las actrices porno de sí mismas.
Si el problema más grande que tiene L'Hospitalet es el festival, la verdad es que no sé por qué me empeño en vivir en el Eixample.