miércoles, 1 de julio de 2009

Todos contra el sexo en L´Hospitalet


Esta columna de Ramón de España fue publicada el 30 de octubre del 2006. 2 años y medio después el mensaje sigue vigente.


Se equivocan quienes afirman que nuestros padres de la patria nunca se ponen de acuerdo en nada. En un gesto de unidad sin precedentes, todos los partidos políticos de L'Hospitalet han decidido... ¿Expedientar a las entidades bancarias por sus abusos en las comisiones? ¿Impedir que la compra de una casa sea un sueño imposible para los ciudadanos? No. CiU, PSC, PP e ICV-EUiA han decidido echar de L'Hospitalet a los peligrosos pornógrafos que mancillan cada año el municipio con su muy frecuentado Festival de Cine Erótico.
Realmente, los hay que tienen muy claras sus prioridades. Habrá, pues, que prestar atención a la pornografía como elemento de avance social: algo que consigue unir en su contra a toda esa gente absurda a la que conocemos por el eufemismo de clase política es algo a contemplar con admiración.
Debo hacer constar que no he ido nunca a L'Hospitalet para participar de las alegrías de su Festival de Cine Erótico. Hace años, cuando se celebraba en el Poblenou, acudí invitado por su director, mi amigo José María Ponce, y la verdad es que pasé un buen rato, no tanto por lo excitante del acontecimiento como por sus posibilidades cómicas, que eran muchas y variadas: silicona a punta pala, productores con chaqueta a cuadros y puro en la boca a los que no dejarían entrar ni en El Botafumeiro, rijosos de toda laya intentando retratar el trasero de la maciza de turno, freaks granujientos recogiendo en su cerebro imágenes sexuales con las que animar su próxima sesión de onanismo... Una explosión de cutrerío con un componente económico nada desdeñable, pues la industria del porno ha sabido sacarle un gran rendimiento al dicho latino semen retentum venenum est.
Triste es reconocerlo, pero la pornografía es lo único que pone de acuerdo a la derecha y a la izquierda. Los carcas la quieren erradicar porque les encanta prohibir en público lo que hacen en privado, y los progres son tan paternalistas que dedican su tiempo a intentar salvar a las actrices porno de sí mismas.
Si el problema más grande que tiene L'Hospitalet es el festival, la verdad es que no sé por qué me empeño en vivir en el Eixample.

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