miércoles, 30 de septiembre de 2009

La sabiduría de un ciudadano.


"La sabiduría de un ciudadano que no se desdice de lo que dijo, ni se deshace de lo que hizo".

martes, 29 de septiembre de 2009

Ja has fet prou...


El político amateur se encuentra con ganas de vivir algo la vida después de tantas miserias y luchas. Las propias familias se convirtieron en elementos no diré yo represores, pero sí disuasores...Ja has fet prou..., no t´hi fiquis... (Ya has hecho bastante..., no te metas...)

domingo, 27 de septiembre de 2009

sábado, 26 de septiembre de 2009

jueves, 24 de septiembre de 2009

martes, 22 de septiembre de 2009

A los que prejuzgan


A los que prejuzgan. Ésos suelen ser crueles, inquisidores de los demás, pero totalmente tolerantes hacia sí mismos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Tienen los políticos amigos?


Amigo le llaman al político sus peores amigos que coinciden con sus mejores enemigos.

Partidos no dogmáticos


Los partidos no dogmáticos tienen que pagar el precio de un cierto sincretismo ideológico. Es inevitable y es peor el remedio que la enfermedad.

viernes, 18 de septiembre de 2009

miércoles, 16 de septiembre de 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

La pierna anónima


El poder tiende al cinismo, a la palmada en la espalda y a la zancadilla cuando te descuidas, zancadilla de pierna anónima naturalmente.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Lo que busca el ciudadano en un político.


Visto lo visto, está claro que la ciudadanía busca en un político la egocentría de un mal educado y la desarmante grosería de un niño mimado.

sábado, 12 de septiembre de 2009

¡Que no te coman el coco!

La gandulería patriotera


Ignacio Ruiz Quintano en ABC

BORGES, a cuyas solapas acostumbra agarrarse Zapatero en sus festines de Trimalción en La Moncloa, tiene escrito que hay dos cosas que ningún hombre puede hacer: una, amenazar; y la otra, dejarse amenazar.
Catalanes y españoles no hacen otra cosa.
-Si el Tribunal Constitucional toca el Estatuto, Cataluña debe salir a la calle -dice Artur Mas, el Johnny Bravo del tabarrón catalán.
Pues que salga. La calle, ayer de Fraga, mañana será de Cataluña. ¿Y qué? El español, políticamente, es un fue, un es y un será cansado. Lo que pasa es que nuestra derecha y nuestra izquierda vienen a ser, como diría Fígaro, «un animal de poco escarmiento», lo que aprovecha la industria del independentismo catalán para seguir repicando en la buhardilla.
-En Cataluña hay gente muy patriota -dice Alexander Hleb, un mediocampista de brega bielorruso que ha salido del Barça-. Jugar bien no basta; hay que hablar en catalán.
Hleb, que no ha leído a Pemán, no sabe, el hombre, que hablar o leer o aprender el catalán es un hecho simplicísimo:
-Se trata de beber un vaso de agua clara.
El ex presidente de Hleb se ha pasado la semana pregonando que marcharía francamente, él el primero, por la «manifa» del lema total: «Somos una nación. Queremos un Estado propio».
¿Y quién se lo impide?
-Que cada uno levante lo que quiera -se le escapó por la boca a Rubalcaba, ese señor que pasa por listo sólo porque entra a las ruedas de prensa como el violinista que llega tarde a su puesto.
Es verdad que Rubalcaba -¡cráneo privilegiado!- hablaba de levantar, no la caja, sino los brazos a la romana o los puños a la rusa, que de todo habrá en la carrera de un español de su edad, aunque se ve cada puñito por esas nomenclaturas que no sabe uno si están jugando a los chinos, y tampoco si es un puño con rosa o un puño con cal. Pero el mensaje de Rubalcaba resume lo que Salmerón llamó la «gandulería patriotera».
En los albores del gran tabarrón, Salmerón dijo en el Parlamento que si los anhelos de los catalanes, que siempre han sido viejos -los anhelos, no los catalanes-, no eran atendidos, los catalanes irían a la insurrección. Todo su poder está en esto, pero Canalejas no quería oírlo:
-¿Insurrección? ¿Guerra civil? Yo no quiero saber nada de eso.
Gracias, pues, a la gandulería patriotera, que aconseja reservar el heroísmo para cuando haga falta, «porque en estos momentos resulta inútil y contraproducente», Mas, Laporta o Henry pueden proclamar el Estado catalán cuando les venga en gana, que nadie se les va a oponer, y ahorrarse ese ejército que quiere levantar un penene de la Pompeu Fabra con la esperanza de añadir a la nómina académica un pase para el economato militar. Con el dinero de un ejército al que nadie se iba a enfrentar pueden pagar, a Ucrania, el traspaso de Chygrynskiy, y a Ibrahimovic, las clases de catalán.

jueves, 10 de septiembre de 2009

domingo, 6 de septiembre de 2009

Los políticos profesionales no se la juegan

Flor de pareja


Mario Vargas Llosa en El País,


Crisis del capitalismo? Sí, es verdad, en los últimos años el poderoso sistema capitalista, tan denostado y tan extendido al mismo tiempo, que parecía indestructible, pareció derrumbarse a escala planetaria, no por acción de sus viejos enemigos, los comunistas y los socialistas radicales, sino por efecto de lo que el profeta Marx llamaba sus "contradicciones internas", es decir, la corrupción e irresponsabilidad de sus banqueros, financistas, empresarios, especuladores, estafadores y piratas, que, enceguecidos por la fiebre del lucro y la voracidad crematística, fueron empujándolo hacia el abismo, donde terminó por rodar y hacerse trizas (bueno, casi).

Las operaciones rayanas en la genialidad tuvieron como escenario la muy bella ciudad de Calafate

La fuga de capitales en el país desde que comenzó la crisis supera los 30.000 millones de euros

Las consecuencias resultaron catastróficas, desde luego: quebraron bancos, las bolsas se escurrieron hasta quedar exánimes, desaparecieron millones de puestos de trabajo, los niveles de vida de tres cuartas partes del globo cayeron en picada, prestigiosos hombres de empresa fueron a la cárcel porque el naufragio sacó a la superficie sus pillerías y embauques y, en resumen, los ricos dejaron de serlo tanto, la clase media se empobreció brutalmente y los pobres se volvieron miserables.

Ahora bien, hubo algunas excepciones a la regla, felizmente, que dejan entrever una esperanza para la supervivencia del sistema, es decir, para su recuperación sobre bases más firmes y exitosas. Tomemos, como ejemplo, a dos capitalistas ejemplares, que no sólo sortearon felizmente la crisis que descuajeringaba a sus colegas sino que, en estos tiempos de tragedia y quebranto, consiguieron multiplicar siete veces su capital. ¿De quiénes hablo? De los esposos Néstor Kirchner y Cristina Fernández, por supuesto. El ex presidente de la Argentina y su sucesora, la actual mandataria, eran poseedores en el año 2003 de un patrimonio, que ellos presentaron en su declaración jurada, y que la Oficina Anticorrupción, dependiente del Ministerio de Justicia, evaluó en el equivalente de un 1.200.000 euros de la época. En el año 2007, cuando la señora Kirchner ocupó la Casa Rosada, este capital se había casi triplicado, hasta alcanzar unos 3.200.000 euros. Pero fue en diciembre de 2008 cuando dio un salto espectacular y en sólo 12 meses alcanzó la cifra (vertiginosa para cualquier bípedo común y corriente) de 8.500.000 euros.

¡Aprendan, capitalistas de pacotilla, mediocres y ramplones, tipo Madoff, que como éste merecerían pasar el resto de sus años en la cárcel por ineptos! Eso es ser unos capitalistas de verdad, audaces, ingeniosos, creativos, que, cuando todos a su alrededor perdían lo que tenían y lo que no tenían, fueron capaces de disparar a las nubes sus ingresos demostrando de este modo que el sistema tiene recursos y vericuetos para sortear las peores calamidades y aún medrar con ellas.

¿Cómo consiguieron este milagro Néstor Kirchner y Cristina Fernández? Lo ha sacado a la luz en Buenos Aires la diputada de oposición, Patricia Bullrich, del Acuerdo Cívico y Social, según leo en una crónica de Alejandro Rebossio (EL PAÍS, 26 de julio) que no tiene desperdicio y que debería ser estudiada como un catecismo por todo capitalista que aspire a emular a esa pareja excepcional.

Los esposos Kirchner, ambos abogados, eran ya, en 2003, cuando don Néstor subió a la Presidencia de su país, bastante prósperos. Tenían 23 inmuebles, que alquilaban, y cuentas bancarias. Sin que ello los distrajera de sus responsabilidades políticas -doña Cristina era senadora y colaboraba estrechamente con el mandatario en sus tareas de gobierno- este patrimonio se fue revaluando mediante la compra, rehabilitación y venta de inmuebles y sagaces inversiones financieras. Además de alquilar algunas de sus propiedades para que sirvieran de hoteles, constituyeron, en sociedad con uno de sus hijos, una consultoría que asesoraba a sus clientes en "economía, finanzas, derecho, ciencias sociales, educación y administración y otras disciplinas". ¿Cómo no hubiera tenido gran éxito una empresa de servicios semejante? ¿Quién, que tenga dos dedos de frente, no hubiera querido ser asesorado en sus negocios e inversiones por ese par de presidentes tan enterados y prósperos?

Pero las operaciones, rayanas en la genialidad, que hicieron de verdad la fortuna de la pareja, tuvieron como escenario la muy bella localidad de Calafate. Un paisaje divino, aire purísimo, y glaciares, el más hermoso de los cuales fue bautizado Perito Moreno, que quitan el habla, hacen pensar en las historias de Jack London y atraen a ese rincón de la Patagonia argentina a millares de turistas cada año. Pues bien, gracias a la generosidad del alcalde del lugar, un caballero llamado Néstor Méndez, los Kirchner compraron en 2005 unos terrenos de 60.000 metros cuadrados, pagando 69 céntimos de euro por metro cuadrado. Al año siguiente lo revendieron ¡a 50 euros el metro cuadrado! Así financiaron el lindo hotel -lo conozco- El Calafate. Ese mismo año se hicieron dueños de otros 129.000 metros cuadrados (a 69 centavos de euro por metro cuadrado) y los revendieron, pocos meses después, a 50 y a 57 euros el metro.

En su crónica, Alejandro Rebossio cita una declaración de Aníbal Fernández, jefe de Gabinete del Presidente argentino, respondiendo a los maliciosos que ven gato encerrado en estas formidables operaciones empresariales: "Nadie que ejerza el poder está impedido de tener un patrimonio propio y que éste tenga vida, lo que es la esencia del capitalismo". Tiene toda la razón del mundo, por supuesto, y estoy seguro que la deficiente mafia rusa -deficiente porque, a diferencia de los Kirchner, parece haber perdido, por culpa de la crisis, la mitad de los incontables billones que tenía- debía impregnarse de esta filosofía y enfrentar al mundo, sin complejos de inferioridad, proclamando que, haciendo lo que hacen, no roban, ni contrabandean, ni piratean, sino mantienen viva y llameando la esencia metafísica del capitalismo.

El mérito de los esposos Kirchner es tanto mayor si se tiene en cuenta que, a ellos, a juzgar por los discursos con que suelen hipnotizar a los electores que los llevaron al poder y que he tenido la ocasión de padecer, el capitalismo no les gusta nada. Más todavía, son sus encarnizados adversarios. Y abominan de él porque lo consideran explotador, egoísta, abusivo y corruptor. Sus verdaderos amigos y afines son gentes como el comandante Hugo Chávez de Venezuela o el comandante Daniel Ortega de Nicaragua, con quienes a menudo se estrechan en efusivos abrazos y profetizan la próxima derrota del imperialismo. Sus corazones son de izquierda (sólo sus bolsillos y los vestidos de doña Cristina son de derecha) y por eso a muchos capitalistas, durante sus dos gobiernos, además de injuriarlos, les han hecho pasar muy malos ratos, nacionalizándolos, abrumándolos con regulaciones y nuevos impuestos, al extremo de que la fuga de capitales en Argentina, según un despacho de la Agencia EFE del día 2 de agosto, alcanzó sólo en el primer semestre de este año los 7.860 millones de euros. Las cifras proceden del Banco Central, una institución según la cual, desde que comenzó la crisis financiera, unos 30.300 millones de euros en ahorros de argentinos escaparon al exterior o fueron escondidos en cajas de seguridad o bajo el colchón.

O sea que, mientras la empresa Kirchner hacía pingües negocios, el capitalismo se desmoronaba en Argentina y ganaba terreno esa peculiar filosofía de los esposos gobernantes según la cual no hay contradicción alguna en ejercitar y aprovecharse de un sistema odioso al mismo tiempo que se obra desde el gobierno por su ruina y extinción.

Quizás ésta sea la explicación del enredo: la benemérita pareja no se ha hecho rica por codicia ni muchísimo menos sino para dar una lección ideológica práctica a su pueblo. Su conducta responde a un propósito laberíntico, semejante a esas deslumbrantes y sutiles construcciones intelectuales de los cuentos de su compatriota Jorge Luis Borges. Un propósito altruista y pedagógico destinado a mostrar, en carne viva, inmolándose en el intento, lo sucio y pestilente que es el sistema capitalista, pues permite a un par de políticos del común volverse millonarios en un plazo brevísimo, pese a las inclemencias y zozobras que vive su país, mientras millones de argentinos se empobrecían, los agricultores se sentían amenazados, las empresas quebraban y los ahorristas veían cómo la inflación volatilizaba las reservas con que esperaban afrontar la vejez. Héroes y mártires del capitalismo, pues. ¡Flor de pareja!

sábado, 5 de septiembre de 2009

El peligro del poder en las manos incorrectas

Batido de votantes

Pincha en la imagen para verlo mejor.


miércoles, 2 de septiembre de 2009

Alfredo Pérez Ibarretxe


Edurne Uriarte en ABC.


Cito textualmente a Alfredo Pérez Rubalcaba, no vaya a ser que me envíe otra protesta a Cartas al Director, como hizo recientemente, por atribuirle expresiones que no eran suyas. Pues la siguiente sí que es suya, aunque hasta a mi me cueste asimilarla. Rubalcaba afirmó ayer en Punto Radio, refiriéndose al concepto de nación del Estatuto catalán, lo que sigue: «Yo creo en este Estatuto, creo que es Constitucional y creo que recoge un hecho que es políticamente relevante. Lo que España no puede hacer es negar la decisión de un parlamento democrático elegido por los catalanes».
O sea, que Rubalcaba se nos ha trasmutado en Alfredo Pérez Ibarretxe. Porque su argumento, no sólo su lenguaje de España versus Cataluña, es el de Ibarretxe y el de todos los nacionalismos independentistas. El argumento de que es el Parlamento de Cataluña, o del País Vasco, el que decide. El que tiene la soberanía. Y ya sé que Rubalcaba es químico y no jurista o politólogo. Pero, como demócrata, está obligado a conocer el concepto de soberanía. No digamos como ministro del Gobierno de España.
Lo más sorprendente de todo esto es encontrarnos a Rubalcaba alineado con el socialismo nacionalista, cosa que desconocíamos de su ideología. Lo que me lleva a pensar que lo suyo es adaptación al argumento que el Gobierno está preparando ante una posible sentencia desagradable del Constitucional. El argumento Ibarretxe, el mismo por el que a éste se le paró su plan. Y que dinamita la unidad de España, a partir de la soberanía del parlamento catalán o del vasco.
También afirmó Rubalcaba en esa misma entrevista su disposición a acatar la sentencia del Constitucional. Y eso sugiere una segunda interpretación de su faceta Ibarretxe. La de la presión del Gobierno al Constitucional. Recuerden, señores, que ustedes son España, y España no puede contradecir al Parlamento catalán.

martes, 1 de septiembre de 2009